Este mes de febrero se está realizando el izado de las estructuras del puente de Ponte Arnelas con el objetivo de abrirlo al tráfico en abril. Se trata de las obras de reconstrucción para restituir la circulación del tráfico y el tránsito peatonal en este puente que comunica Vilanova de Arousa y Ribadumia a través de la PO-300. La pasada primavera se detectaron daños en varias de sus péndolas causados por la corrosión, lo que hizo que la calzada cediera parcialmente. Se han destinado 5,3 millones de euros.

La solución adoptada consiste en reforzar la cimentación, con la disposición de pilas en ambos márgenes del río, que ya están ejecutadas, y la disposición de una nueva estructura metálica, que cambia la fisonomía del puente, al eliminar el arco y los tirantes, pero que permite ganar en estética y en integración en el entorno. Las estructuras del puente son en celosía, de 60 metros de largo y de 95 toneladas de peso cada una.

Estas piezas de la estructura principal del puente se prepararon en taller. Para una adecuada logística y montaje, cada una de las 2 estructuras se dividió a su vez en 2 piezas, y así se transportaron.  Una vez colocadas y asentadas sobre las pilas, se unen las estructuras con perfiles transversales mediante soldadura. Después se colocan las prelosas y se procede al hormigonado del tablero para, a continuación, colocar barreras, ejecutar el aglomerado y proceder al pintado. Finalmente, se habilitan las rampas de acceso de la pasarela peatonal existente en el nivel inferior, dotándola, además, de barandilla y pavimento.