Los astilleros de Ferrol resolverán su futuro en los próximos meses

Australian Landing Helicopter Dock construido por Navantia / PIxabay
El futuro de los astilleros de Ferrol, y en general de Navantia, se resolverá en pocos meses. Del resultado de varias adjudicaciones depende una parte del tejido industrial gallego y desde luego, de Ferrolterra.

Tras un lustro complicado, en 2017 Navantia ha entregado los dos buques de acción marítima, BAM, construidos uno en Puerto Real (Cádiz) y otro en Ferrol y ha comenzado  la fabricación de un primer buque logístico, de los dos contratados por Australia. Son buenas noticias para los astilleros públicos que han presentado números rojos durante algunos de estos años y problemas para ocupar a su personal. Las empresas auxiliares han llevado la peor parte.

En el otro lado de la ría, en Fene, prosigue la construcción de jackets para energía eólica offshore. El proyecto Wikinger, para Iberdrola, se inició en 2015 con la fabricación de 29 jackets y varios proyectos después, este año se fabrican otras 42 nuevas jackets para el  mismo cliente. Para este tipo de trabajos, Navantia forma una UTE con la asturiana Windar. Son buenas noticias que la empresa consiga aprovechar oportunidades de mercados emergentes, como en este caso es la eólica offshore, y diversificar.

El futuro de los astilleros de Ferrol, y en general de Navantia, se resolverá en pocos meses. Por un lado se espera la contratación de nuevas fragatas F-110 por parte de la Marina Española y por otro la atención se centra en Arabia Saudí, las cinco corbetas cuyo contrato no ha sido firmado por el momento, y Australia, donde deciden a quien encargar un contrato global de nueve buques.

Del resultado de estas adjudicaciones depende una parte del tejido industrial gallego y desde luego, todo Ferrolterra.